Amor En El Más Allá.
—¿Qué? -preguntó, asombrado. No, no... ¿Qué decís?
—¿Estás seguro? -preguntó, Sol.
—Segurísimo. -respondió, Sebastián.
—Bien... -dijo y se fue.
<<¡Mamá! Gritaba pero no me escuchaba. No puedo ver, no puedo moverme, no puedo>>. Dijo, Carina. <<Una luz brillante iluminó mis ojos, y de esa luz salió mi abuela>>.
—Cari, vení. Ya es hora. -dijo, dando su mano.
—¿Hora de qué, abuela? -preguntó, Carina.
—Hora de estar en paz, hora de cruzar. -respondió.
<<Iba a darle mi mano pero la voz de mi mamá me interrumpió>>.
—Lucha, hija. No te des por vencida. Yo sé que vos podes. -dijo, llorando. No te vayas, hacelo por tus hermanos, hacelo por mí... yo sé que me escuchas.
<<Observé la mano de mi abuela y la miré a los ojos>>.
—Perdón, perdón pero no puedo... necesito quedarme. -dijo, Carina.
—Tranquila, yo te entiendo. Cuando estés lista... yo te voy a estar esperando.
<<Mi abuela caminó hacia la luz pero antes le pregunté>>.
—Abuela... -dijo, Carina.
—¿Si?
—¿Qué es lo que está pasando? -preguntó.
—Tenes que tener paciencia, como dijo Sebastián. -sonríe. Cuidate.
<<Ella se dio vuelta para seguir caminando pero nuevamente la llamé>>.
—Abuela...
—¿Qué, hermosa? -preguntó.
<<Corrí hacia ella y la abracé>>.
—Te extraño. -dijo, Carina llorando.
—Yo también te extraño, te extraño mucho a vos, a tu mamá y a tus hermanos. -dijo, abrazándola. En un futuro te prometo que nos volveremos a encontrar. -sonríe. Cuidate, chiquita.
<<Depositó un beso en mi frente y siguió su camino. ¿Por qué me vino a buscar? ¿Por qué escucho la voz de mi mamá? Cada vez entiendo menos. Sebastián ¿Dónde estás?>>.
Mientras tanto, en la casa de Sebastián...
—¿Qué queres para cenar? -preguntó, Sebastián.
—Unas milanesas con puré. -respondió, Sol.
En ese momento la puerta de la habitación de Sebastián se cerró sola.
—Quedate acá. -dijo, Sebastián.
Al entrar a la habitación vio a Carina sentada en la punta de la cama.
—¿Qué pasó? ¿Te sentís bien? -preguntó, Sebastián.
—Mi abuela... en ese lugar estaba mi abuela. -dijo, Carina. Me dijo que era la hora de cruzar, de estar en paz.
—¿Viste la luz? -preguntó, Sebastián.
—Sí, justo cuando le iba a dar la mano a mi abuela, escuché la voz de mi mamá. -contestó. Por eso no crucé. Me decía que luche, que luche por ella y por mis hermanos.
—¿Le preguntaste qué estaba pasando? -preguntó.
—Sí... pero me dijo lo mismo que me decís vos, que tengo que tener paciencia.
—No entiendo, ¿por qué escuchas a tu mamá? ¿Por qué de un momento a otro se van tus colores y desapareces?
—No sé... pero cada vez que me pasa eso veo la luz.
—¿Y por qué no cruzas? -preguntó, Sebastián.
—Por vos. -respondió, Carina.
Continuará...
ME ENAMORE CON EL FINAL ♥♥♥♥
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